MONICION Y PRECES PARA EL DOMINGO XVIII DEL T.O CICLO C 03/08/25

MONICION Y PRECES PARA EL DOMINGO XVIII DEL T.O CICLO C 03/08/25 MONICION DE ENTRADA: Bienvenidos. Este día demos gracias a Dios por todo lo que nos da y hagamos el propósito de ponerlo todo al servicio de nuestro prójimo. Hoy el Señor nos recuerda que los bienes materiales no deben ser nuestra prioridad, sino mas bien debemos ocuparnos primero por nuestro bien espiritual. En la Primera Lectura, según el Libro de Eclesiastés, se nos dice que somos prisioneros fáciles de la vanidad. El equilibrio de los valores en nuestras vidas es siempre importante. En la Segunda Lectura según la Carta de San Pablo a los Colosenses, éste nos recuerda que debemos buscar los bienes del cielo, morir a lo malo y renacer a la vida en Cristo. Porque por el bautismo todos somos de Cristo, y en el Evangelio de hoy según San Lucas, Jesús nos explica de manera elocuente una verdad elemental: la vida del hombre no depende de los bienes que acumule. Dando más valor a los bienes espirituales que los materiales, y con el fin de ganar el amor de Dios sobre todos nosotros, reconocemos nuestros pecados y pedimos perdón por ellos. PRECES/ Invoquemos, hermanos a Dios Padre, pidámosle que escuche nuestras oraciones y roguémosle con fe que venga en auxilio de necesidades. 1.- Oremos por el Papa León XIV, por nuestro Obispo (Francisco José), por todos los obispos y sacerdotes, para que el Señor los haga santos y les conceda el espíritu de sabiduría a fin de que proclamen con rectitud la verdadera palabra. 2.- Oremos por los que están lejos de sus hogares, por los viajeros, por los que se encuentran en peligro, para que el Señor les conceda un ángel que los proteja y los aleje de todo mal. 3.- Oremos por los hombres de todos los pueblos y de todas las religiones, para que el Señor les revele su bondad y dirija su camino hacia el conocimiento de la verdad plena. 4.- Oremos por nuestros hermanos que han muerto en el Señor; que Dios perdone sus pecados, acoja sus almas junto a el y los conduzca al lugar del descanso, de la luz y de la paz. Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, que en Cristo, tu Hijo, nos has llamado a la posesión de tu reino, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras nos esforzamos por someter la tierra, nos dejemos cautivar por el deseo de poseer los bienes terrenales, y nos olvidemos de buscar siempre y por encima de todo aquello que nos hace ricos a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.