XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C 06/07/25

XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C 06/07/25 MONICION DE ENTRADA Este domingo estamos invitados a continuar buscando a Dios. Todos somos enviados por el Señor a dar testimonio de su amor y misericordia en nuestras actividades cotidianas. Las lecturas de hoy enfatizan la misión de la iglesia. Todos somos misioneros que traemos paz a los otros y la Buena Nueva: que el Reino de Dios ya comienza entre nosotros En la Primera Lectura según el libro de Isaías, éste compara a Jerusalén con una madre fecunda. La ciudad ha sufrido mucho, pero Dios la colmara de alegría y la hará florecer. En la Segunda Lectura, según la carta del Apostol San Pablo a los Gálatas, éste nos invita reconocer a Cristo como nuestra norma de vida. Nos recuerda que solo por la Cruz, y con Cristo, llegaremos a la resurrección con Él y en el Evangelio de hoy según San Lucas, se nos dice que como miembros de la Iglesia debemos salir a servir al hermano, a proclamar la buena nueva de la paz que nos trae Jesús. Como portadores de paz celebremos llenos de alegría esta santa misa, reconociendo nuestros pecados. PRECES/ Pidamos hermanos al Señor que escuche nuestras suplicas y acoja nuestras peticiones: 1.- Oremos a Dios Padre por el Papa León XIV , por nuestro obispo (Francisco José), y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida. ROGEMOS AL SEÑOR. 2.- Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, transmite con toda la verdad, junto con toda concordia, e ilumine a través del inmaculado Corazón de María la paz del cielo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días. ROGEMOS AL SEÑOR 3.- Pidamos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio y también por los que viven en pecado; para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse, hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la salvación eterna. ROGEMOS AL SEÑOR. 4.- Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, y los que llevan también más tiempo en el purgatorio; para que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque entre sus santos elegidos. ROGEMOS AL SEÑOR. Dios nuestro, que al darnos la vocación cristiana nos pides estar siempre dispuestos a anunciar el Evangelio por todo el mundo, escucha nuestras oraciones y concédenos aquella valentía y libertad apostólicas que son necesarias para hacer presente en el mundo tu palabra de amor y tu mensaje de paz, por Jesucristo, nuestro Señor.

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