MONICION Y PRECES II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C 19/01/25
MONICION Y PRECES II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C
19/01/25
MONICIÓN DE ENTRADA
Iniciamos el tiempo ordinario en el que estamos llamados a la alegría y a la esperanza. Es tiempo de los signos y de las señales que se descubren desde la fe. Sigamos a Jesús en su caminar acompañados de María Nuestra Madre.
Sigamos el consejo de La Virgen María que nos dice que hagamos lo que Jesús nos pide; seamos dóciles a su mensaje y unidos por el mismo Espíritu, escuchemos fielmente y con devoción su palabra.
En la Primer Lectura del Libro de Isaías, se nos comenta que Dios, “Casado” con su Pueblo
perdona la infidelidad del mismo y muestra su misericordia y fidelidad como un esposo que ama.
En la Segunda Lectura, en la carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, El Espíritu Santo ofrece diversidad de dones a su Iglesia, un Solo Dios un Solo Espíritu que obra en todos, y enriquece a su Iglesia y en el Evangelio según San Juan, se nos dice que Jesús el esposo amado de la Iglesia se ha unido a su pueblo en un vínculo de amor. En este signo de convertir el agua en vino, Él nos da vino abundante de vida y bebida de salvación.
Unámonos todos en esta Eucaristía, alabando al Señor y pidiendo perdón por todos nuestros pecados.
PRECES/
Oremos al Señor y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias:
1.- Por la santa Iglesia de Dios, para que Dios, nuestro Señor, le conceda la paz y la unidad, y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor
2.- Por los gobernantes de nuestra patria de todas las naciones, para que Dios dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera, roguemos al Señor
3.- Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir el Bautismo, para que Dios les abra la puerta de su misericordia y les dé parte en la vida nueva en Cristo Jesús, roguemos al Señor
4.- Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que Dios escuche sus oraciones lleve a la realidad sus deseos, roguemos al Señor
Dios nuestro, que, en la hora de la cruz invitaste a la humanidad a unirse a Cristo, esposo y Señor, haz que la Iglesia experimente en el convite dominical la fuerza transformadora de su amor y sepa pre-gustar en este convite la esperanza alegre de las bodas eternas, Por Jesucristo nuestro Señor.
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