MONICION PARA EL V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C 09/01/25
MONICION PARA EL V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C
09/01/25
MONICIÓN/
Nos reunimos hoy al celebrar esta Santa Eucaristía, dando amor al Señor y responder a la misión que nos encomienda. Estamos llamados a dar testimonio del amor de Dios en nuestra vida. Todos nosotros estamos invitados a ser testigos del Evangelio.
Hoy la liturgia nos recuerda que como bautizados, El Señor nos llama a ser instrumentos de paz, justicia y amor en el mundo.
En la Primera Lectura, según el Libro de Isaías, éste fue tocado por Dios, y acepto la tarea que se le encomendó. Así también el conocimiento y la presencia de Dios nos transforma y responsabiliza a trabajar con El.
En la Segunda Lectura:, según la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, El Apóstol, nos explica cuál ha sido el contenido de su predicación y nos recuerda que la fe es fundamental para experimentar la presencia de Cristo en nuestra vida.
A la luz de las escrituras, San Pablo cita lo que podríamos llamar el primer «credo cristiano». Lo que él intenta demostrar es que su obra evangelizadora y su testimonio concuerdan del todo con la tradición apostólica, y en el Evangelio de hoy según San Lucas; Pedro descubre su pequeñez ante la grandeza de Jesús.
El Señor llama a Pedro y a sus amigos para hacerlos pescadores de hombres. Y aun reconociendo ser pecadores no erraron en la dirección de su camino.
PRECES/
Oremos al Padre del Unigénito, al Hijo del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien:
1.- Para la Iglesia inmaculada del Dios verdadero, extendida por todo el mundo, pidamos la plena riqueza del amor de Dios. Roguemos al Señor.
2.- Para los que gobiernan los pueblos y tienen en su mano el destino de los hombres, pidamos el espíritu de justicia y el deseo de servir con dedicación a sus conciudadanos. Roguemos al Señor
3.- Para los débiles que se ven oprimidos y para los justos que sufren persecución, pidamos el espíritu de fortaleza, que los haga perseverar en la fidelidad al Señor. Roguemos al Señor
4.- Para nosotros mismos, pidamos al Señor un temor filial, un amor ferviente, una vida feliz y una santa muerte. Roguemos al Señor
Dios nuestro, que has confiado a nuestros labios impuros y a nuestras fuerzas débiles la misión de proclamar el Evangelio, susténtanos con tu Espíritu, para que tu palabra sea aceptada por los hombres con corazón generoso y dé fruto abundante en todo el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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