MONICION Y PRECES SOLEMNIDAD NUESTRA SEÑORA INACULADA CONCEPCIÓN 08/12/24

MONICION Y PRECES SOLEMNIDAD NUESTRA SEÑORA INACULADA CONCEPCIÓN 08/12/24 MONICIÓN DE ENTRADA Celebramos llenos de inmensa alegría la solemnidad de la Inmaculada Concepción de nuestra Madre. Por puro privilegio Dios se preparó una digna morada donde naciera su único Hijo, el Salvador. Desde el primer instante de su concepción es la Sin-Pecado, porque llevaría en sus entrañas al Todo Santo. Mirar a la Mujer Santa es tener la certera esperanza de que esto mismo que Dios ha cumplido en María, lo llevará a cabo en nosotros: seremos santos e inmaculados por el amor. La fiesta de la Inmaculada surgió en el Oriente hacia los siglos VII-VIII, y luego se extendió rápidamente también por el Occidente. El año 1854 el papa Pío IX declaró dogma de fe que María, por singular privilegio, en previsión de los méritos de Jesucristo, fue preservada de toda mancha de pecado ya desde el momento de su concepción. Esta solemnidad no desentona con el Adviento. En la Madre empieza a realizarse el misterio de la encarnación del Hijo, y por eso nos alegramos con María. Pidamos hoy a nuestra Madre rechazar todo cuanto es indigno de nuestro ser hijos de Dios, y querer lo que Dios hace y hacer lo que Dios quiere. PRECES Hermanos, pidamos nuestras suplicas a Dios Padre todopoderoso, Fuente de todo bien y origen de Santidad 1. Por la Iglesia que peregrina en este mundo con la esperanza de la gloria que un día se nos descubrirá; en comunión con María, Madre de la Iglesia. Roguemos al Señor 2. Por la unión de las Iglesias divididas por el pecado; en comunión con María, madre de todos los creyentes en Cristo. Roguemos al Señor. 3. Por los enfermos, los moribundos, y por todos los que se encuentran en cualquier necesidad; en comunión con María, salud de los enfermos y consuelo de los afligidos. Roguemos al Señor. 4. Por nosotros que nos disponemos a celebrar la liturgia de la mesa eucarística, anuncio del banquete del reino eterno; en comunión con María, intercesora nuestra ante su Hijo Jesús. Roguemos al Señor. Escucha, Dios todopoderoso, la oración de tu Iglesia, para que, siguiendo el ejemplo de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de tu Hijo Jesucristo, te sirva siempre, purificada de todo pecado. Por Jesucristo nuestro Señor.